Atanasio Naranjo, 59 años, es hijo de uno de aquellos más de 6.000 colonos que implantó en las Vegas del Guadiana el régimen franquista y a quienes la Administración entregó —con pago aplazado de varias décadas— una casa en los pueblos de nueva construcción, una parcela de entre cuatro y cinco hectáreas, el ganado, mulas o vacas y los aperos justos para el desarrollo de la agricultura de mínimos. Su padre, Vicente, creía que su hijo no tenía futuro como agricultor en aquellas condiciones.
Ante la imposibilidad de sufragarse una carrera universitaria, a los 14 años Atanasio ingresó en una de las Escuelas Familiares Agrarias (EFAS) donde conoció la existencia de otras agriculturas y otra clase de cultivos, especialmente el mundo de la producción de frutas de hueso, como ciruelas, melocotones, albaricoques o nectarinas.
Más tarde, entró como “becario” en el antiguo mercado mayorista de frutas y verduras de Madrid, en la glorieta de Legazpi, y allí, al servicio de un asentador [un contratista al por mayor], descubrió el mundo del comercio. De descargar camiones, pasó a ser comerciante de frutas de hueso lo que, dada la estacionalidad de las producciones en España, le obligó a conocer también las producciones y los mercados de otros países.
La experiencia como mayorista de su fundador le llevó a regresar a Extremadura para cultivar frutales
Eso le llevó a descubrir que su tierra, Extremadura, era una zona adecuada para las producciones de fruta de hueso, por disponer de suelo, agua y un clima adecuado. Eso le llevó a ponerse como objetivo el convertir a su región en una gran productora.
- El primer paso era poner a disposición las plantas adecuadas para las condiciones de la tierra y la climatología de la zona. Con sus ahorros, la familia Naranjo puso a mediados de los ochenta la primera piedra con la constitución de Viveros Naranjo —actualmente Vian Nature— con el fin de abastecer de plantas a los productores de la Organización de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH), Frugalia.
- El segundo paso, a principios de los noventa, fue la inversión de 12 millones de pesetas (72.121 euros) para fundar Castelnovo, la empresa que se encargaría del proceso de comercialización. Como joven agricultor con un plan de negocio, la apuesta de Atanasio por la inversión le supuso más tarde una ayuda de cinco millones de pesetas (30.050 euros) y la nominación como mejor joven agricultor.
- La tercera fase fue la puesta en marcha en 2002 del grupo agroindustrial Tany Nature, inicialmente participada al 49% por Sofiex, empresa de capital riesgo de la Junta de Extremadura, y actualmente 100% del capital en manos de Castelnovo.
Actividad industrial
El grupo posee una central hortofrutícola de última generación, ubicada sobre una superficie de unos 80.000 metros cuadrados en la localidad extremeña de Zurbarán, a unos 20 kilómetros de Villanueva de la Serena (Badajoz). La fábrica se ocupa de todo el proceso, desde el empaquetado a la comercialización. La actividad industrial del grupo se sostiene sobre unas 2.000 hectáreas de cultivos, de las que 800 son tierras propias de la sociedad y 400 arrendadas. A esto se suman las adquiridas a cientos de pequeños y medianos productores sobre una superficie de otras 800 hectáreas.
El grupo solo vende en España una cuarta parte de su producción
Todo esto suma un volumen de materia prima para comercializar de más de 50.000 toneladas, que se pretende elevar en los próximos años a más de 60.000. La empresa genera 600 empleos fijos y más de 1.500 en periodos de campañas. La mayor parte de la producción corresponde a Extremadura, pero se han desarrollado superficies de cultivo en otras zonas de Andalucía y Portugal con el objetivo de disponer de nuevas variedades y lograr el alargamiento de las campañas, en función de los diferentes periodos de maduración. El 50% de la producción corresponde a la empresa y el resto se adquiere a los productores de la zona.
Hoy puede decirse que Naranjo ha cumplido sus objetivos: Extremadura es una de las zonas más importantes de la Unión Europea en la producción de frutas de hueso, y Tany Nature está entre los primeros operadores del mundo en el segmento, con marcas como Tany Sweet, Tany o Elixir.
Inicialmente, la facturación de la empresa se concentraba casi al 100% en los mercados exteriores, fundamentalmente en Reino Unido. En la actualidad, la firma opera en más de treinta países de cuatro continentes. Además de en Europa, la firma tiene una gran presencia en los mercados sudamericanos, a los que exporta a través de Sevilla y puertos portugueses. El mercado nacional comenzó a ganar peso desde los años finales de los ochenta y hoy supone aproximadamente el 24% de las ventas, porcentaje del que un 12% corresponde al grupo Mercadona, del que es proveedor especialista.