Entrevista a Teresa Ortillés, directora de la EFA La Noria

EFAs de Aragón |

En 1973 se fundaba en Pinseque la EFA «La Noria», donde se han formado 800 alumnas. Por encima de la empresa agraria, hoy se forman en actividades asistenciales

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Teresa Ortillés, directora de la EFA «La Noria», en Pinseque.

¿Qué razones inspiraron la creación de las Escuelas Familiares Agrarias?

Las EFAS nacieron para formar a mujeres en el medio rural, para que se quedaran en él y lo desarrollaran.

¿Fue decisivo su papel en aquellos momentos?

Sí, sirvió para asentar a estas mujeres en su medio, donde no había posibilidades de estudios más allá de la enseñanza básica. Eran pocos los Institutos y centros de enseñanzas medias y la tendencia era a quedarse a trabajar en casa sin ninguna formación. La EFA ofrecía buenas instalaciones de residencia, trabajo en pequeño grupo y sistema de alternancia, primero en la propia empresa familiar y, luego, en empresas de la zona.

¿Cuántas mujeres han pasado por «la Noria» desde entonces?

Más de 800 alumnas en 23 promociones, provenientes de todo el territorio aragonés.

¿Han tenido buen acomodo en el mundo laboral?

El índice actual de colocación de las personas formadas en la EFA es del 95%, en especial en el medio rural aragonés: corporaciones municipales, asociaciones, cooperativas, sindicatos…

«El medio rural demanda servicios de calidad, equiparables con los urbanos»

Hoy, la mujer en el medio rural, ¿ha dejado de estar implicada en el tejido de la empresa agraria?

No. Algunas alunmas, sobre todo de las primeras promociones, siguen ligadas a empresas eminentemente agrícolas. Sin embargo, el medio rural arágonés esta demandando sobre todo servicios de calidad que le equiparen al mundo urbano. El envejecimiento de la población hace que el tema asistencial sea muy demandado.

Estos cambios sociales, ¿han hecho cambiar también sus objetivos educativos?

Los objetivos siguen siendo ofrecer a nuestras alumnas una formación integral que abarque todos los aspectos de la persona: intelectual, profesional, humano y moral, a través de una enseñanza personalizada y contando con la participación imprescindible de los padres en el proceso.

Pero ha cambiado el sistema pedagógico.

Por eso, la EFA ha tenido que adaptarse a las nuevas leyes de educación (LOGSE) y a la nueva realidad del medio rural aragonés. La agricultura deja de ser la actividad fundamental para dar paso a la industria y, sobre todo, a la demanda de servicios.

¿Por ejemplo?

Hemos entrado en la rama de Comercio y Marketing y en la Sanitaria. También hemos llevado nuestro proyecto al último tramo de la Secundaria obligatoria ESO y aspiramos a implantar al aíio que viene Ciclos de Grado Superior.

¿Qué materias se imparten en estos momentos en «La Noria»?

En este momento se ünparte Secundaria obligatoria, Programas de iniciación profesional de la Rama de servicios a la Comunidad, ciclo Formativo de grado medio de Sanidad (Auxiliar de Enfermería) y un curso de preparación a prueba de acceso de grado Superior. Además estamos impartiendo, como centro colaborador del INAEM, cursos de Informática, inglés comercial o Geriatría.

¿Cuántos años llevan con este nuevo plan de estudios?

Optamos por la Rama Sanitaria hace cinco años y, por la ESO, hace dos.

En este tiempo, ¿cuántas alumnas han salido tituladas de sus aulas?

Unas 100 alumnas tituladas en Sanitaria. La práctica totalidad está trabajando.

Y ¿cuál es el secreto de su éxito?

En el centro hay una bolsa de trabajo y numerosos profesionales nos llaman demandando a nuestras alumnas, por el perfil humano y la profesionalidad. La enseñanza de la EFA sigue estando ligada a la práctica en la empresa, a la vida real. Se sigue estando en contacto directo con profesionales y empresas colaboradoras a través de Visitas de Estudio y Tertulias profesionales, y se trabajan unos Centros de interés en los que se observa el trabajo en la empresa y se toma contacto con la realidad profesional. Lo que pretendemos es que nuestras alumnas sean buenas profesionales.

¿Conoce el mundo urbano toda su labor?

El mundo urbano prácticamente nos desconoce. Pero realizamos encuentros para darnos a conocer. Por ejemplo, la Fundación para el desarrollo del medio rural organiza una cena benéfica el próximo día 25 para recaudar fondos para colaborar con nuestra Escuela, que es una asociación sin ánimo de lucro.