Vamos a indagar y conocer el origen etimológico de la palabra “coach”.
En el siglo XV, en la antigua Hungría, a orillas del Danubio, había un pueblo llamado Kocs. Esta población situada a 70 kilómetros de Budapest se convirtió en un lugar de paso entre Viena y Pest (parte oriental de la actual Budapest). Además, se hizo muy popular porque allí se construía uno de los mejores carruajes de caballos del mundo ya que iba provisto de suspensiones de muelles que hacía que los pasajeros tuviesen un viaje más cómodo entre esta dos ciudades.
Los coches con un diseño cómodo y lujoso superaban a cualquier medio de transporte de la época y eran utilizados por la aristocracia. Su lema era “le llevamos a su destino de una forma más rápida y más cómoda”. Se hablaba de los “kocsi szekér” (carruaje de Kocs) como símbolo de la excelencia.
La palabra coach (coche) es de origen húngaro. De la ciudad de Kocs, se formó la palabra kocsi. Dicho término kocsi pasó al alemán como kutsche, al italiano como cocchio y al castellano como coche. Por tanto, la palabra coach, deriva de coche, que tenía la función de transportar personas de un lugar a otro.
Así mismo, el coaching metafóricamente se utiliza para transportar a personas del lugar donde se encuentran hasta el lugar donde quieren estar. El coach es el conductor del carro y acompaña en el proceso de desplazamiento del coachee (cliente) quien decide que rumbo seguir.
Por otro lado, se afirma que coach procede del verbo inglés to coach que significa entrenar. Aunque todos relacionemos la palabra entrenador con el deporte, en el siglo XVIII en las universidades inglesas se utilizaba el término coach para designar a los entrenadores tanto académicos como deportivos. El proceso de coaching es un método de entrenamiento donde el coach (entrenador) acompaña al coachee (entrenado) en un proceso sistematizado cuyo objetivo es conseguir los objetivos propuestos, así como un desarrollo armónico de la persona.