Vanesa Hidalgo López
Desde los años setenta, la inquietud por la gente del campo y su escaso nivel de formación se ve reflejada en las Escuelas Familiares Agrarias de Aragón (EFAS). Acaban de cumplir 50 años, cinco décadas de vida en las que han formado a las personas del ámbito rural en todas sus vertientes. Su oferta educativa es amplia, al igual que su historia, de ahí que por sus aulas hayan pasado más de 6.000 alumnos.
El pasado, el presente y el futuro del campo aragonés están ligados a estas escuelas y su educación y, desde el año 2.000, también a su presidente, Ángel Turlán. Su vasta experiencia al mando y su firme compromiso con lo rural le han servido para consolidar a las EFAS como eje vertebrador del territorio y dinamizador del entorno. Así como para contribuir a revertir el éxodo existente del campo a la ciudad y crear puestos de trabajo de calidad.
Pregunta.- Las EFAS de Aragón recientemente han cumplido su 50 aniversario, pero realmente ¿qué son y en qué trabajan?
Respuesta.- Las EFAS son promoción y desarrollo del medio rural, esa es su razón de ser. Para cumplir este objetivo social, tenemos centros de Formación Profesional reglada con residencia en los que los jóvenes obtienen el grado de titulación laboral. Y a su vez, somos centros colaboradores del Inaem, ya que también ofrecemos todo tipo de cursos de formación para el empleo. Nuestro fin es que el alumno sea aquel que se integre en el medio rural, es decir, que sus estudios sirvan para que regrese a su centro de trabajo.
P.- Las EFAS aragonesas están integradas por cuatro centros, ¿cómo se coordinan?
R.- Las EFAS son un sistema asociativo, o sea, cada EFA es una asociación integrada por voluntarios en un comité gestor. Este comité, además, forma parte de la Federación, que es la encargada de coordinar todos los centros. En la práctica, cada EFA tiene asalariados que son el director y los profesores cualificados para impartir enseñanza concertada. Así, cada EFA cuenta con docentes, estudiantes, residencia, director y un comité gestor que coordina junto a mí toda la acción formativa.
P.- Con motivo de este medio siglo se impusieron becas educativas a las últimas promociones, ¿en qué consisten estas becas?
R.- Estas becas son bandas que se impusieron a alrededor de 400 alumnos como reconocimiento por haber finalizado su trayectoria educativa. Nosotros no podemos becar económicamente a alumnos ya que es la Consejería de Educación la que, con fondos públicos, sufraga los costes del equipo docente. Si bien, los alumnos no tienen coste directo salvo que residan en los centros.
P.- Las EFAS juegan un papel trascendental para frenar la tan sonada despoblación. ¿Es posible combatir el éxodo rural a través de la educación?
R.- Las EFAS luchan contra el abandono rural mediante la formación cada día. Cuando un agricultor alcanza cierto nivel educativo se transforma en emprendedor y, en este punto, se atreve a entrar en el mundo agroalimentario, en el sector del porcino o el vinícola. Los estudios aportan una cualificación para que, junto a la ilusión, los jóvenes desarrollen actividades empresariales en su pueblo. Sin duda, la formación arraiga a las personas y rompe los límites de tener solo unas hectáreas de campo a dar un paso más allá. Las EFAS acaban de alcanzar su medio siglo de vida promocionando el desarrollo social del medio rural
P.- Vuestra oferta educativa es amplia, abordáis desde la FP Básica hasta el Grado Superior, pasando por Becas Erasmus+. ¿Son los jóvenes conscientes de que estos estudios están a su alcance?
R.- Sí. Nosotros somos 33 EFAS a nivel nacional y todas están al completo de su capacidad. No tenemos ningún problema de captación de alumnado gracias también a que la Formación Profesional es un aprendizaje que actualmente está muy demandado. Reflejo de este éxito es que el 92% de nuestros alumnos ha vuelto a su medio rural. De ese porcentaje, la mayoría de los chicos y chicas mantiene un liderazgo porque aquella persona que ostenta un Grado Superior tiende a mejorar.
P.- Adquirir competencias en cualquier oficio es esencial para asegurarse la permanencia en un lugar. ¿Qué repercusión tiene la labor de las EFAS en la Comunidad?
R.- En la celebración del 50 aniversario pudimos hacer gala de la enorme influencia que tenemos en el medio rural gracias a la gran cantidad de actividades que desarrollamos y la gente que forma parte de la Federación. En cualquier pueblo de Aragón es posible encontrar a antiguos alumnos de las EFAS en el Ayuntamiento, en las empresas y cooperativas. En cierto modo es lógico, ya que a través de 50 años hemos formado a 6.000 estudiantes, de los cuales 5.000 siguen insertados en el mercado laboral.
P.- ¿Qué protagonismo ocupa el sector agroalimentario en la economía aragonesa?
R.- El medio rural ha cambiado mucho. Hemos pasado de arar con animales a los tractores con GPS y aire acondicionado capaces de desarrollar una actividad 200% superior. En Aragón tenemos la cebolla de Fuentes, el tomate de Barbastro, el melocotón de Calanda, los vinos de Somontano y el sector del porcino con un impulso extraordinario y gran valor añadido. Sin olvidar que Aragón cuenta con una gran implantación en la exportación.
P.- Las EFAS de Aragón son pioneras en la Formación Profesional Dual y en una visión integral formativa del alumno. ¿En qué consiste esta enseñanza?
R.- Efectivamente, y nuestros inicios no fueron fáciles. Este método de aprendizaje consiste en que el alumno está con nosotros un tiempo residencial para cursar sus enseñanzas teóricas y después desarrolla las prácticas en la explotación familiar o empresarial con objeto de potenciar su integración en el medio rural. Es lo que antes se denominaba alternancia educativa. Además de la enseñanza reglada, las EFAS colaboran con el Inaem impartiendo numerosos cursos. Foto: EFAS de Aragón
P.- Para generar riqueza es necesario contar con trabajo de calidad, ¿el solo puesto de un agricultor, sanitario, peluquera o mecánico es trascendental en estos núcleos?
R.- El medio rural no se puede limitar al sector agrícola y, por tanto, se debe impulsar el sector servicios. Debe haber peluquerías, comercios, franquicias, dentistas, sanitarios, restaurantes… Todo lo que hace a un pueblo más atractivo. Si nos ceñimos al sector agrícola, dejamos de lado todo ello que es imprescindible para generar trabajo de calidad y puestos de trabajo directos. De este modo, se conseguirá que los trabajadores estén mejor retribuidos, ya que la temporalidad es intrínseca a la agricultura.
P.- La Federación participa en el Programa de Desarrollo Rural para Aragón 2014-2020, ¿de qué forma lo hace?
R.- Nosotros estamos siempre a disposición del Gobierno aragonés para colaborar. Si bien, es necesario alimentar el espíritu de iniciativa para actuar conjuntamente el sector público, el universitario y el medio rural.
P.- ¿Qué queda por hacer para lograr un completo desarrollo del ámbito rural?
R.- La parte fundamental es tener criterio empresarial en el sector agrícola. Por un lado, las explotaciones deben ser extensivas y, por otro, hay que impulsar la concentración parcelaria en los pueblos. De esta forma, los propietarios del campo aumentan el rendimiento de los recursos disponibles y la rentabilidad.