Reclaman un cambio de modelo, menos costes y burocracia para que más compañías se involucren. Perfiles del sector primario, industrial y también tecnológico son los más demandados actualmente.
Con la implantación de la nueva Ley de Formación Profesional (FP) en el horizonte, los empresarios aragoneses reclaman un mayor impulso a la FP dual, una modalidad en la que se alterna el tiempo en el centro educativo y la empresa, más allá de los tres meses de prácticas de la convencional. Aunque es «la mejor cantera», apenas supone un 3% del total de matriculados en ciclos formativos, según los datos avanzados en septiembre correspondientes al curso 2023-2024 y que todavía no incluyen la matrícula completa. Entonces había más de 600 matriculados en dual de los alrededor de 23.000 jóvenes inscritos en la FP. A tenor de ello y pese a que esta cifra crece cada año, todavía tiene un gran margen de mejora. Y más si compara con otros países, como por ejemplo Alemania, «donde supone el 40%».
Para conseguirlo, tanto CEOE como Cepyme ponen el foco en la necesidad de cambiar el modelo actual, con una mayor apuesta por las conocidas como competencias blandas (trabajo en equipo, empatía, capacidad de expresión…), pero fundamentalmente con una reducción de la burocracia y de los costes. «Es un coste gravísimo para las empresas, especialmente para las de menor tamaño», recalca Jesús Arnau, director general de CEOE Aragón.
En este sentido, María Jesús Lorente, presidenta de Cepyme Aragón, asegura que se necesita un «sistema integrador» que permita la formación en empresas en el último año de curso. «Además, normalmente el que quiere y demuestra su capacidad, se queda. Se vuelve imprescindible», destaca. También Arnau pone el foco en la creación de «organismos gestores», que hagan de intermediarios entre las empresas y los centros educativos. «Hay que agilizar un aspecto importantísimo que en Aragón tenemos bajo mínimos y que es la FP dual», subraya.
Con una FP dual aún por explotar, Arnau incide en la necesidad de incentivar «vocaciones» para conseguir cubrir la oferta laboral de las empresas. «Hay ciclos muy ligados a la industria, a las profesiones, que no se llegan a cubrir por el desconocimiento que los chavales tienen», detalla. Pone por ejemplo la situación de los soldadores, matriceros o carpinteros, entre otros.
Para atajarlo, asegura, es primordial centrarse en las primeras etapas como es la educación primaria. «Permitirían que conocieran oficios que están bien remunerados y dan seguridad laboral», afirma, al tiempo que recuerda que «de lo que no se conoce, no se puede tener vocación». Lorente también destaca la necesidad de «coordinar las sinergias» para evitar el «desajuste» existente entre las expectativas laborales de los jóvenes y las demandas del mercado. Insiste que, para todo ello, las puertas de las organizaciones empresariales «están abiertas».
Déficit de personal docente en Formación Profesional
En estos momentos, según aseguran, son los perfiles del sector primario, industrial y también tecnológico los más demandados por las compañías aragonesas, que también necesitan profesionales del área de la construcción y la hostelería. «Las ocupaciones más demandadas son las del medio rural, en el sector primario, tanto agrícola como ganadero», destaca el director de CEOE Aragón, quien también incide en el déficit de operarios en la industria, con la aplicación de la robótica a los procesos productivos y la logística, «donde hay muchísimo valor añadido».
También señala la importancia de las tecnológicas, con «empresas de gran tamaño en el sector» y cuyas necesidades serán todavía mayores en los próximos años con la llegada de los nuevos centros de datos de Amazon Web Services (AWS) y Microsoft. «Los sectores más industriales, como el metal o la construcción, también se digitalizan, lo que requiere de nuevas competencias digitales en estos perfiles», añade Lorente, al tiempo que apunta que en la restauración se demandan jefes de sala y de cocina. También faltan, apostilla Arnau, conductores de camión. «Son todo sectores estratégicos en Aragón, que diversifican la economía y vertebran el territorio; por lo que es muy importante incentivar vocaciones», puntualiza.
En este sentido, el director de CEOE Aragón recuerda que hay «miles de puestos de trabajo» que no son capaces de cubrir. «Muchas empresas tienen que acabar contratando fuera cuando podrían tener personal aquí. Es un problema grave», reitera.
Apenas un 55% de los alumnos acaba el ciclo superior en dos años
Cada curso, miles de jóvenes se matriculan en los ciclos formativos que ofertan los centros aragoneses, pero no todos acaban titulando en el grado escogido. Según los datos publicados la semana pasada por el Ministerio de Educación y FP, correspondientes al curso 2019-2020, solo un 55,1% de los jóvenes matriculados en FP superior terminaron la titulación en los dos años estipulados. Este dato se sitúa por debajo de la media española, que es del 61,4%, y donde destacan comunidades como Andalucía (68%) o Canarias (67,1%). No obstante, las cifras actuales son las más elevadas de la serie histórica aragonesa que recoge esta estadística, que se remonta al 2016-2017.
El 45% del alumnado restante se encontraba en distintas situaciones al iniciar el tercer curso académico desde su matrícula: un 19% continuaba estudiando el mismo ciclo, mientras que un 3,8% estaba inscrito en otro. Otro 1,8% lo había dejado y se había matriculado en estudios universitarios y el 0,6% había hecho lo propio en otras enseñanzas. El resto, un 19,7%, había abandonado su formación.
Evolución de los alumnos de FP superior
Este estudio abarca hasta los cinco años posteriores al inicio de la formación y es en este punto donde se observa que, prácticamente todos los cursos, un 70% termina acabando la FP superior en la que se matriculó de inicio. La mayor parte del 30% restante (entre un 20% y 25%, dependiendo del año) ya no continúa con sus estudios.
Estas cifras se reducen cuando se analizan los grados medios. En este caso, al segundo año son un 77,5% los que continúan matriculados en el mismo ciclo, y al curso siguiente han titulado el 49,6%, mientras que un 17,2% siguen en el grado que comenzaron. Como en el caso anterior, las cifras del curso 2019-2020 mejoran sustancialmente lo recogido en años anteriores, algo que puede deberse al hecho de que exista una mayor concienciación de la importancia de la Formación Profesional o también por los efectos de la pandemia, cuando se flexibilizaron los criterios de evaluación y también de las prácticas.
En los ciclos básicos, donde algunos alumnos no han terminado la ESO, la tasa de titulación en el primer año posible es del 45,7%, mientras que un 13,8% continúa matriculado y cerca de un 30% ya ha abandonado los estudios.