Tuve la suerte de ser uno de los profesores tutores del Centro Asociado de la UNED en Calatayud que iniciamos la andadura de la implantación de la carrera de Educación Social, allá por el curso 2000-2001. Por mi formación universitaria y mi experiencia profesional me asignaron las prácticas profesionales del alumnado y varias asignaturas como Pedagogía Social, Antropología y Animación Sociocultural, entre otras. Ahora hace dos años que me jubilé, pero no he perdido el contacto con tantos alumnos y alumnas como han pasado por mis clases. Un elevado porcentaje de titulados universitarios en Educación Social de nuestra Comunidad Autónoma proceden de nuestros Centros Asociados de la UNED en Aragón, principalmente del Centro de Calatayud.
En muchos ámbitos de nuestra sociedad todavía existe un cierto desconocimiento de la profesión de los educadores sociales. Por ello, pienso que es necesario un estudio serio y riguroso que dé a conocer la labor de estos profesionales que tanto bien están haciendo a nuestros entornos comunitarios. La Educación Social puede definirse como el conjunto de acciones educativas que se realizan en el marco de la educación no formal, en procesos socioeducativos tan diversos como la propia sociedad en la que vivimos.
Los educadores sociales ejercen su trabajo o acción educadora en áreas muy distintas: un centro de menores, un aula de personas adultas, un centro de juventud, un grupo de acción rural, un colectivo de personas inmigrantes, una residencia de mayores, un colectivo de personas con necesidades especiales, una casa de cultura o un servicio sociocultural de un ayuntamiento. Creo que esta profesión es tan importante como la que ejercen los profesionales de la salud, ya que su labor se realiza en esa parte del alma social más vulnerable de nuestra sociedad, contribuyendo al desarrollo humano e integral de las personas que conforman el tejido humano de nuestros entornos comunitarios.
Gracias a la implementación de proyectos socioeducativos y socioculturales, estos profesionales desarrollan una labor importantísima, promoviendo procesos de dinamización y desarrollo profesional, social y cultural, propiciando la participación y el protagonismo de quienes participan y se benefician de estos proyectos sociales y comunitarios, mediante estrategias y metodologías activas, posibilitando que las personas y los grupos tomen conciencia de su propia realidad para mejorarla y transformarla.
Con la breve panorámica que acabo de mostrar, exhorto a nuestra sociedad con el ánimo de que se visibilice y dignifique esta labor, desarrollada por grandes profesionales de mente abierta y corazón grande. Una mente abierta para atender la diversidad poblacional, con miras amplias en el complejo panorama de nuestra sociedad multicultural; y un corazón grande para sentir y vivir con el otro sus necesidades y problemas, caminando juntos hacia el empoderamiento humano y social.
Rafael Sánchez Sánchez
Antropólogo y Pedagogo Social
Publicado en El Periódico de Aragón el 12 de febrero de 2023